Tiene que ver con el terrorismo, por supuesto. Pinta mal para nuestros ipads (devices para ser más exactos) y artículos de aseo (liquids). Según fuentes que no se pueden mencionar -en este off the record se puede citar el pecado pero no el pecador- lo de la seguridad en los aviones preocupa especialmente entre los estados miembros. ¿Por qué?
Pues porque “Volar por los aires” sigue siendo un objetivo prioritario para los terroristas. Y los que se encargan de evaluar los riesgos de los bártulos que cargamos en nuestra bolsa de mano al entrar en el avión parece que se han dado cuenta de que la inventivitas asesinas tiene aún margen de exploración más allá de la navaja suiza y la gomina.
El Reino Unido ya anunció en julio que impedirá el embarque de personas con móviles o portátiles con la batería descargada por miedo a que en su lugar hayan instalado un explosivo.
Esto es lo más llamativo de lo que yo he escuchado. ¡Ah! Y que cuando he preguntado si esto quiere decir que veremos también novedades en las condiciones de acceso a los edificios, oficiales o no, donde -en buena lógica –los ordenadores y líquidos bomba también explotan… pues me han respondido que en efecto, que eso es así, y que se está evaluando. Vamos, que puede que no sea tan sencillo ir a trabajar este 2015. O sí. Con tele trabajo. Bueno, exagero…
Pero estas cosas llevan su tiempo. Lo llaman procedimiento. Los estados miembros discuten, se ponen de acuerdo en que la amenaza es percibida igual (28 “vale, venga, decimos lo mismo todos”) y empiezan a buscar soluciones iguales. A veces hasta hay que convencer a otra institución, como el Parlamento europeo en el caso del Registro europeo de datos de pasajeros aéreos. Se avanza la fecha incierta de Primavera. Que con el cambio climático puede retrasarse. Y con la negociación también.
Por entonces la Comisión Europea presentará una nueva estrategia para reforzar la seguridad interna de la UE que pondrá especial énfasis en la amenaza que suponen los yihadistas europeos y en la protección de sedes institucionales, acontecimientos deportivos, centros comerciales, infraestructuras…Self Target Protection. Así llaman los expertos a atentados como el de Charlie Hebdo. Es decir, que cualquier loco se puede autoactivar y atacar. A cualquiera. Y contra eso siempre podemos hacer más, pero nunca suficiente.